martes, 9 de octubre de 2018

El cáncer y el mito del buen salvaje


Karkinos
Karkinos: animal, constelación, enfermedad
Es muy fácil pensar que el cáncer viene derivado de los estilos de vida actuales. Suponemos que cómo cada vez hay más enfermos de cáncer, es algo de lo que hacemos lo que provoca que las células se vuelvan locas y provoquen la enfermedad.

Pero nada más lejos de la realidad. No es que haya más o menos cáncer, que no tengo los datos delante ahora mismo, sino que se habla más de ello. No solo en los medios de comunicación, sino también entre las personas, en las redes sociales,...

Ya no es una enfermedad que se oculta o que se vive con "verguenza", sino que es cada vez más normal ver a pacientes oncológicos que salen a la calle sin pañuelo y sin sombrero o que solicitan servicios de estética para verse mejor (cejas, uñas y todas esas partes de nuestra anatomía que sufren especialmente con la quimioterapia y demás tratamientos).

El cáncer forma parte de nuestro día a día, no como una gripe más (eso sería banalizarlo demasiado), pero sí como una enfermedad que nos afecta, si no personalmente, sí a través de amigos y/o conocidos.

Karkinos
Pero el cáncer es una enfermedad "antigua". De hecho fue el famoso "médico" griego Hipócrates el que le puso el nombre a la enfermedad, denominándola "karkinos", algunos dicen que por la similitud de los tumores o "úlceras malignas" a la forma de un cangrejo. Pero incluso en algunos papiros egipcios anteriores al auge de la cultura griega clásica se describen ya casos de cáncer, cáncer de mama y cáncer de útero.

El cáncer, pues, parece que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. Entonces, parece lógico pensar que "nada" nos va a librar del cáncer, tal y como intentan vendernos algunos gurús posmodernos. Podemos "descomprar" papeletas, jugar con la estadística adoptando todos aquellos hábitos saludables que reducen el riesgo de padecer un cáncer, pero, aún así, siempre quedará el margen de "indeterminación" que puede hacer que, aunque seas la persona más sana y con los mejores hábitos y rutinas preventivas, desarrolles la enfermedad.

Así pues, por mucha comida ecológica, vida "del buen salvaje" que queramos instaurar en nuestro día a día, seguimos estando en riesgo de padecer cáncer.

¿Y a qué viene todo esto? No es que me haya puesto en plan pesimista y con ánimos de pensar que como yo tengo cáncer todo el mundo lo puede tener. No, no se trata de eso. Se trata, por un lado, de los mensajes que recibo constantemente aseverando que la leche no es buena para el cáncer o que directamente lo produce, cuidado con las ondas wi-fi, no te estreses que es peor para tu enfermedad...

Y por otro, de los gurús que venden sus remedios o sus filosofías como panacéas contra el cáncer. Como si siguiendo sus dictados, estuvieras "libre de pecado" para siempre y nunca fueras a enfermar.

Pues no. El cáncer lleva con nosotros mucho tiempo y bien es cierto que cuanto más nocivos son los hábitos y modos de vida (humo en las ciudades, tabaco, obesidad, sedentarismo, exceso de consumo de alimentos ultraprocesados, etc.) más crece la incidencia de la enfermedad. Pero tampoco es cierto que porque nos alejemos de todos esos hábitos, nos vayamos a librar del cáncer. Ojalá. Ojalá hubiera una fórmula mágica que pudiera seguir todo el mundo para no tener que pasar por esta experiencia nunca jamás. Es un bonito sueño.

Pero mientras nos sigamos centrando en lo accesorio ("será que comía mal", "tomaba demasiados lácteos", "si hubiera vivido en el campo no hubiera enfermado", "tenía demasiado estrés en el trabajo", etc:), nos centramos en "culpar a la víctima" y nos alejamos de lo fundamental: la necesidad de seguir investigando para lograr alcanzar una cura de los cánceres que a día de hoy no la tienen, como el cáncer metastásico de cualquier tipo y especialmente el cáncer de mama metastásico que es el que me afecta a mi.

Así que en lugar de centrarnos en el paciente, que es el que sufre la enfermedad , centrémonos en demandar a la sociedad y a los políticos mayores esfuerzos en la prevención, diagnóstico, tratamiento y curación del cáncer. Porque ahí sí que conseguiremos un avance productivo mucho más allá de culpabilizar al enfermo.

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